Dos de estas herramientas son el nivel y la plomada.
Para medir horizontalmente (también verticalmente), tenemos el nivel, que tiene una caja hermética en la que hay un líquido verde muy poco viscoso y que permite que una burbuja de aire nos señale la menor inclinación. El desplazamiento de esta burbuja en una dirección u otra nos muestra qué grado de inclinación tenemos y podemos corregir. Del mismo modo, también podemos hacer la misma comprobación verticalmente. Gracias a la evolución tecnológica, hoy en día también podemos encontrar niveles magnéticos que ofrecen una precisión milimétrica.
La plomada es una herramienta muy antigua pero que es muy efectiva para la medición vertical. Es un objeto cilíndrico de metal pesado que termina con un cono invertido. Está sujeto a una cuerda ligera y flexible que por el otro extremo termina en un accesorio con un diámetro igual al de la plomada. Aunque resulta un poco complicado al principio debido al movimiento oscilatorio, una vez le coges la práctica será muy muy efectivo. También podemos encontrar plomadas magnéticas, facilitando nuestro trabajo.
Para cualquier tarea que debáis realizar, es importante hacer uso de estas herramientas para un acabado de calidad y evitar sustos posteriores.
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