Antes que nada, debemos elegir bien el lugar de colocación, pues el humo es un condicionante muy importante. Una vez elegido, prepararemos el cemento y crearemos una losa que constituirá la base de la barbacoa. Debe tener un espesor grande para darle mayor estabilidad.
Una vez seco, levantaremos los laterales. El ancho de la barbacoa puede variar según las necesidades, pero una buena idea sería adaptarlo al tamaño de las parrillas que utilizaremos una vez esté hecha. Colocamos esta parilla en el suelo y vamos colocando los ladrillos para las diferentes paredes. Utilizamos los niveles Kapataz para comprobar que todo esté correcto y dejaremos 1cm entre ladrillo y ladrillo para el mortero. Remojamos previamente los ladrillos en agua unos minutos antes para que no absorban humedad. Ya estamos listos para ir levantando las paredes de ladrillos, que iremos comprobando si están bien niveladas a medida que vayamos añadiendo ladrillos. Añadimos el mortero de manera minuciosa y vigilando de no dejar ninguna parte vacía. Una vez finalizada la construcción mojaremos toda la superfície con agua y cuando esté seca, la limpiaremos para deshacernos de restos e imperfecciones que hayan podido quedar.
Esta es una ida muy sencilla, pero como en muchas otras cosas, podemos encontrarnos con planos e instrucciones para hacer unas barbacoas espectaculares, otras más sencillas, otras más económicas... tan solo es cuestión de tener claro qué queremos primero y luego ¡el cielo es el límite!
¡Ya no tenéis excusa para hacer una buena parrillada! ¡Que aproveche!
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